martes, 27 de mayo de 2008

RESEÑA HISTORICA




Este proyecto, fue diseñado originalmente por Vicente Nasi, donde se presupuestó crear un edificio de ocho pisos, en el cual el primer nivel constaría de locales con Mezanine y amplias oficinas en los siete restantes. El lote de terreno donde hoy se encuentra el Hotel Continental, estaba ubicado sobre las márgenes del río San Francisco, las quebradas San Bruno y Guadalupe. Con el paso del tiempo, la permanente modificación de la zona, la canalización del río San Francisco en la década de los 20 y su posterior adecuación para el tráfico vehicular, el frente del Hotel Continental tomó forma de avenida que dio lugar posteriormente a la construcción de una nueva imagen urbana capitalina con el perfil y la estética arquitectónica de la que en otros tiempos se llamó la Avenida Jiménez. Hoy Eje Ambiental Debido a la realización en Bogotá, IX Conferencia Panamericana, en 1.948, y por orden directa del Presidente de esa época Mariano Ospina Pérez, se hizo evidente la apremiante necesidad de albergar un gran número de visitantes, y llevó a adaptarlo como hotel. Este súbito cambio precisó que el sótano y el amplio y elegante mezanine se convertirían en cocina y comedor respectivamente. Con estas modificaciones, el edificio se adaptó de manera satisfactoria al nuevo programa de hotel, sin embargo, hubo necesidad de ampliar su capacidad, motivo por el cual se compró el lote colindante y se integró al volumen principal. Es por esto que da la apariencia de ser una estructura de tres cuerpos fundidos pero sin alinear. Luego de una exitosa trayectoria, el Hotel Continental comienza su decadencia en la década de los 90, su deterioro obliga a su antiguo dueño a comprarlo nuevamente y luego pasa a venderlo a la firma Coninsa- Ramón H, dueños del actual proyecto.


Descripción Interior:

La planta la configuran tres salas organizadas en torno de un patio irregular. Sobre las dos salas que poseen fachada se ubicaron las habitaciones y algunas áreas sociales, y sobre el punto de articulación de ambas ubicaron el punto fijo. Las zonas de servicios se situaron sobre la sala interior, más angosta y que se ventila por el patio interior. La fachada tiene una organización clásica tripartita, con un primer cuerpo enchapado en mármol con amplios vanos; el segundo cuerpo, que sobresale de éste, posee vanos rectangulares determinados por franjas de piedra, que organizan la fachada en sentido vertical y contrastan la tendencia horizontal de la composición.
Una fachada acristalada anuncia la presencia de un restaurante bar que en su momento contó con una de las mejores vistas sobre la ciudad, y un último nivel retrocedido de la fachada remata la edificación. El proyecto fue adicionado en la esquina con un sencillo volumen achaflanado sobre ésta, con una fachada de amplios vanos.

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